jueves, 7 de febrero de 2008

ALERGIA AL HUEVO EN EL NIÑO (Mª Carmen García Ara)

El huevo de gallina, que es el de consumo más habitual, es una fuente proteica y de vitaminas del complejo B importante en la alimentación del niño, pero a la vez es uno de los alimentos que más frecuentemente produce reacciones de alergia IgE mediada en los primeros años de vida. Tanto la clara como la yema pueden ser alergénicas, aunque la primera, por su mayor contenido proteico, es la fuente más importante de sensibilización y de manifestaciones clínicas. En la clara de huevo se han podido determinar hasta 24 glucoproteínas diferentes. De estas proteínas se han identificado la ovoalbúmina, ovomucoide y ovotransferrina como los alergenos mayores de la clara de huevo. La ovalbúmina y el ovomucoide son parcialmente termoestables y pueden mantener su alergenicidad tras su cocción. La yema de huevo es menos alergénica que la clara, aunque contiene las livetinas, entre las que se encuentra la alfalivetina, que se ha identificado con la albúmina sérica del pollo que puede ser también sensibilizante y responsable del síndrome ave-huevo. Se ha demostrado reactividad cruzada entre clara y yema de huevo, y también entre huevos de distintas aves.
La mayoría de las reacciones por huevo son las de hipersensibilidad inmediata o mediadas por IgE. Este tipo de reacciones cursan con manifestaciones cutáneas (urticaria y/o angioedema) que pueden acompañarse de síntomas digestivos inmediatos (vómitos) y/o respiratorios, que suelen tener lugar en las dos primeras horas tras la toma de huevo y en las que se demuestra sensibilización tipo IgE (pruebas cutáneas positivas y/o detección de anticuerpos IgE específicos en suero). Hay que distinguir estas reacciones de las intolerancias, que son cuadros digestivos con vómitos y/o diarreas que se manifiestan después de 2 horas tras la ingesta y en las que no se encuentra mecanismo inmunológico responsable. Las pruebas cutáneas son negativas y no se detectan anticuerpos IgE específicos.
Las reacciones de alergia IgE mediada a huevo ocurren generalmente con la primera toma de huevo, lo que indica una sensibilización previa que puede producirse por diversas vías. Es posible la sensibilización intrauterina, ya que en sangre de cordón se ha detectado IgE específica frente a huevo. Es posible también la sensibilización a través de la lactancia materna. Así se ha demostrado en la leche materna la existencia de proteínas de huevo, como la ovalbúmina, que podrían producir, por tanto, sensibilización. Esta vía podría explicarnos la sensibilización a huevo que se detecta en algunos niños alérgicos a leche de vaca y que nunca han ingerido huevo. Otra posible vía de sensibilización sería la inhalatoria. Se ha demostrado en el polvo la existencia de restos de alimentos, entre ellos, partículas de huevo que podrían producir sensibilización; también podría producirse ésta a través de objetos contaminados con partículas de huevo, como chupetes, utensilios de cocina, juguetes, etc.

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